Pequeños actos de revolución

Magdalena Fabbri en primera persona y en comunidad

Descripción

Nota metodológica

Este fanzine fue construido a partir de una recopilación curada de materiales públicos disponibles sobre y por Magdalena Fabbri. Se utilizaron como base principal sus textos publicados, entrevistas audiovisuales, columnas de opinión, intervenciones públicas y registros de su participación en organizaciones y conversatorios.


La decisión metodológica central fue respetar la privacidad de su entorno familiar, por lo que no se incluyeron relatos íntimos ni datos personales que no hayan sido expresamente compartidos por ella en espacios públicos. El enfoque fue narrar su historia desde su activismo, en primera persona, permitiendo que su voz guíe el relato y evitando interpretaciones externas que no se apoyen en sus propias palabras o en testimonios colectivos autorizados.


El contenido fue organizado en capítulos temáticos que entrelazan citas textuales de Magdalena con una estructura narrativa coherente, procurando preservar su tono, sensibilidad y visión política. Además, se incorporaron testimonios de compañeres activistas y personas cercanas, siempre con su consentimiento, en un esfuerzo por mantener viva una memoria situada, amorosa y colectiva


Este trabajo se realizó desde un compromiso ético con el cuidado, la ternura radical y la autodeterminación de las memorias trans y disidentes. No buscamos cerrar su historia, sino seguir caminándola.


Colectiva Transforma ONG

Concepción, Chile – Junio 2025

Holi, soy la Magda

Retrato de Magda

Soy una persona trans, siempre me sentí mujer, o más que una mujer... una entidad Femenina, con tendencia a lo femenino

A los 2-3 años me ponia las pantys de mi mamá, los aros a presión de mi abuela y corria euforica por la casa.

Aunque esto era un juego simbólico para mi...

Me gustaban las muñecas, probarme la ropa de mi mamá…

Y eso después se fue anulando a medida que iba avanzando socialmente el tema de las presiones de empezar a ser hombre.

... a mi mamá le escribian comunicaciones porque yo jugaba con muñecas

Recuerdo que cuando tenia 7 años oraba cada noche para que al dia siguiente amaneciera como mujer.

Crecí, en mi adolescencia me sentí rara con mi cuerpo... Pero de a poco empecé a vivir.

Lo más difícil de sobrellevar fue el bullying y la humillación social se da no solo entre mis compañeros, sino que tambien entre los adultos.

... aunque tuve un par de amigas siempre me apoyaron, desde el silencio

A los 23 cambié, comencé mi proceso de transicion y dejé atrás a Gino.

Aunque mis compañeros en el colegio en el que estuve desde Pre-Kinder a 4° Medio me apoyaron en mi transicion despues de que lo hice, no quisiera verlos.

Mis primeros pasos en el activismo

Al activismo llegué como quien encuentra un refugio, pero también como quien decide pelear por su vida.

No fue una decisión repentina; fue una necesidad.

Yo venía de un camino de sobrevivencia, de muchas capas de silencio, de esconderme, de aguantar.

Pero también venía con una convicción profunda: la certeza de que no podía –ni quería– seguir viviendo una vida que no fuera mía.

La transición no fue solo de género; fue una transición política, social y afectiva. Una transformación desde el yo individual hacia un nosotres colectivo.

El activismo fue, desde el principio, una forma de acompañamiento mutuo. Siempre creí que hablar de identidad no era solo contar nuestras transiciones.

Es también denunciar las condiciones materiales que nos atraviesan: la pobreza, el abandono institucional, la patologización.

Y en medio de eso, nosotras –las travas, les trans, les no binaries– seguimos construyendo redes de cuidado. Porque nadie va a venir a salvarnos. Nos salvamos entre nosotres.

Nunca quise convertirme en “referente” de nada. Pero sí entendí que mi historia podía ayudar a otres a no sentirse en soledad, a imaginar otros futuros.

Ser visible fue doloroso, pero también emancipador. En cada relato, en cada compañere, me vi a mí misma volviendo a nacer.

Y así fue como empezó todo. No con un gran discurso ni una pancarta.

Empezó con una palabra dicha en voz alta. Con una compañera que me creyó. Con un abrazo que no pedía explicaciones.

Ahí, justo ahí, comenzó mi activismo.

Fotografía de Magda en sus primeros años de activismo

Desde el sur, con ternura radical

Fotografía de trabajo territorial y activismo en el sur de Chile

No hice activismo para ser vista, sino para que ninguna persona trans tuviera que caminar sola.

En 2015, junto a un grupo de compañeres, fundamos y trabajábamos en OTD Chile.

Creamos consejerías de pares y redes de apoyo con cero recursos, pero con toda la ternura nacida de la urgencia.

Escuchábamos, conteníamos, y tejíamos comunidad desde lo cotidiano: cómo enfrentar el sistema, cómo nombrarse, cómo no rendirse.

Desde Concepción impulsé el trabajo territorial junto a OTD Sur (que luego se convertiría en mi amada Colectiva TransForma).

Sabíamos que ser trans en regiones era doblemente difícil.

Por eso hicimos talleres, encuentros, espacios donde hablar sin miedo.

Acompañar también es resistir. Y entendí que el activismo no nace de discursos, sino de estar ahí, con llamadas a medianoche, con cariño y convicción.

Las personas trans no solo sobrevivimos; nos cuidamos entre nosotres.

En cada abrazo, en cada conversación, construíamos algo esencial: presencia.

Entre formularios, marchas y silencios rotos, encontré mi lugar: una vida hecha de comunidad.

Que nadie crezca sintiendo que está mal

Acompañamiento y cuidado a infancias trans

Siempre me pregunté cómo habría sido mi vida si de niñe alguien me hubiese dicho que no estaba rota.

Trabajar con niñeces trans fue una de las experiencias más transformadoras.

No por tener todas las respuestas, sino porque en sus ojos veía mi propia historia.

Acompañarlas era también sanar a mi yo pequeña.

En mi trabajo con OTD Chile, OTD Sur, luego con la Colectiva Transforma o en la oficina de la diversidad de Concepción, recibimos familias llenas de miedo, pero también de amor.

Les decíamos: “Su hije no está mal. Lo que duele es lo que el mundo les hace sentir por ser elles”. A veces, un simple “te amo” con el nombre correcto lo cambiaba todo.

Las infancias trans existen y merecen crecer sin vergüenza ni diagnóstico. Por eso luchamos por leyes, pero también por entornos que abracen: escuelas, hospitales, familias.

Cada niñe trans tiene derecho a imaginar su futuro. Y quienes acompañamos, tenemos el deber de cuidar su presente con ternura y convicción.

Lo que dejamos cuando luchamos así

Nunca pensé en el legado. Solo en hacer lo que sentía urgente: estar donde hiciera falta, alzar la voz cuando dolía el silencio, sostener a quienes llegaban con la esperanza rota.

Pero un día entendí que el legado no son los reconocimientos.

Es esa persona que ahora sabe que no está sola.

Esa familia que cambió el miedo por amor.

Esa red que se sigue moviendo aunque yo no esté.

En mi trabajo con OTD Chile, OTD Sur, con Colectiva Transforma o en la oficina de la diversidad de Concepción, recibimos familias llenas de miedo, pero también de amor.

Mi activismo no fue perfecto...

Dudé, me cansé, lloré muchas veces.

Pero también reí fuerte, abracé con convicción, desobedecí con dulzura.

Y eso también es memoria.

Si algo espero haber dejado es la certeza de que el cuidado es revolucionario.

Que acompañar salva. Que nadie se transforma en soledad.

Si estás leyendo esto, quizás estás empezando tu camino. Solo quiero decirte:

Gracias por continuar. Que la ternura te guíe, que el miedo no te calle. Estamos más cerca de lo que parece.

Memoria, cuidado y legado del activismo

Seguimos porque aprendimos contigo

Memoria colectiva y legado de Magdalena

Lo que Magdalena nos dejó no cabe en una sola historia. Son muchas, entretejidas. Pequeñas luces que nos siguen alumbrando el camino.

Algunes la conocimos en una consejería. Otres, en una asamblea o en un viaje de carretera. Algunes ni siquiera la vieron en persona, escucharon de ella por amigues activistas o la vieron en TV siendo entrevistada a nivel regional, en Televisión Nacional o quizás sintieron el eco de su voz en talleres, textos, redes compartidas.

Aprendimos con ella que el activismo no se trata solo de marchar, sino de acompañar. Que el lenguaje importa. Que los vínculos salvan. Que resistir con ternura también es hacer política.

A veces, cuando alguien pregunta “¿Cómo empiezo?”, repetimos lo que alguna vez escuchamos de ella:

“Empieza escuchando. Empieza estando”. Y así, su forma de estar sigue viva en nosotres.

Magdalena no buscaba admiración. Buscaba justicia. Y aunque su cuerpo ya no esté, su legado se multiplica en cada espacio que cuidamos, en cada niñe que puede nombrarse con orgullo, en cada gesto que pone la vida al centro.

No la recordamos para idealizarla. La recordamos para caminar con ella. Para que su ternura radical no sea solo memoria, sino horizonte.

Seguimos. Y seguimos contigo.

Dedicado a quienes la escucharon y quienes no alcanzaron a conocerla.

A quienes hoy encuentran fuerza en su nombre, en sus palabras y en su forma de amar la vida.

A todes quienes cuidan, resisten, acompañan y militan con ternura radical.

Este fanzine es para ustedes. Este fanzine es con Magdalena. Este fanzine es con nosotres.

Epilogo

No escribimos este fanzine para cerrar una historia. Lo hicimos para abrir muchas otras.


Este relato no es una biografía tradicional. Es una construcción colectiva hecha con cuidado y respeto, basada en las palabras que Magdalena Fabbri dejó en entrevistas, charlas, textos públicos y fragmentos compartidos por compañeres. Cada capítulo recoge algo de su voz, algo de su forma de estar en el mundo, algo que aún late en nosotres.


Magdalena no fue solo sus textos, ni sus intervenciones públicas. Fue también cada conversación íntima que sostuvo con ternura, cada red de cuidado que tejió, cada forma cotidiana de poner la vida en el centro.


Por eso, este fanzine no es un homenaje para guardar: es una invitación a continuar. A seguir hablando con ella. A cuidarnos como ella cuidaba. A construir un mundo donde vivir con dignidad no sea excepción, sino derecho.

Nosotres

colectiva

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Organiza Colectiva Transforma

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Diseño

Freddy Heckersdorf Reyes


Editorial

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Agradecimientos

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